viernes, 30 de mayo de 2008

Ante una foto

Allá por el año 1959, mi padre, Guillermo Ezpeleta Heredia, visitó Guatemala y una de las primeras cosas que quiso saber fue dónde estaba enterrada la Niña de Guatemala, María García Granados. Lo llevaron al cementerio de Antigua Guatemala y allí fue mi padre a llevarle flores. Ante esta foto y recordando a ese gran hombre que más que padre fue mi amigo, mi confidente y... que aún lo es, escribí el poema "Ante una foto":


“Quiero, a la sombra de un ala,
contar este cuento en flor;...

Nunca me lo contaste en detalles.
Pero me parece verte llegar a la ciudad
—a esa ciudad de piedras e historia—
y preguntar por el río donde ella murió (de amor).

Nadie pudo responderte.
Entonces te mostraron la casa de la familia
—esa casa que aún guardaba Su Voz—
donde querías hallar aquella almohadilla de olor.

Nadie la había vuelto a ver. Nunca más.
¿Quién dijo, papá, dónde estaba ella?
No se verían, pero no podías dejar
de llevarle jazmines y lirios.
No hablarían, pero ella sabría que todos los desmemoriados
la hemos recordado siempre.


... La niña de Guatemala,
la que se murió de amor”.

José Martí

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