A ti, mi fiel amado,
estos versos.
Tú, que estás
presto siempre a la caricia,
en las noches cálidas,
en las mañanas frías.
A veces
me entrego a ti
con toda mi sed,
tu caricia me envuelve,
tu aroma me embriaga,
y resbalas sobre mi piel.
A veces
vienes tú a mí
con toda tu humedad,
tu aroma me envuelve,
tu caricia me embriaga,
y en ti resbala mi piel.
A veces,
a veces.
Pero estás siempre allí.
esperando mi piel
y urdiendo nuevas caricias.
Por eso ahora,
en que no puedo estar contigo,
te recuerdo y susurro:
¡Gracias, mar!
estos versos.
Tú, que estás
presto siempre a la caricia,
en las noches cálidas,
en las mañanas frías.
A veces
me entrego a ti
con toda mi sed,
tu caricia me envuelve,
tu aroma me embriaga,
y resbalas sobre mi piel.
A veces
vienes tú a mí
con toda tu humedad,
tu aroma me envuelve,
tu caricia me embriaga,
y en ti resbala mi piel.
A veces,
a veces.
Pero estás siempre allí.
esperando mi piel
y urdiendo nuevas caricias.
Por eso ahora,
en que no puedo estar contigo,
te recuerdo y susurro:
¡Gracias, mar!
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